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«Oportunidades en el cambio de modelo económico en China y consecuencias en Europa»

RESUMEN DE LA CONFERENCIA DE RAFAEL GALÁN SOBRE EL TEMA “OPORTUNIDADES EN EL CAMBIO DE MODELO ECONÓMICO EN CHINA Y SUS CONSECUENCIAS EN EUROPA”

China se está erigiendo como líder económico mundial dentro de un nuevo orden global, en el que Asia, que ya es la zona que aporta el mayor crecimiento en el primer tramo de este siglo, llegará a suponer la mitad de la economía de todo el mundo, superando a Estados Unidos aproximadamente en el año 2030 en términos de PIB nominal (en paridad de poder adquisitivo ya lo hizo hace dos años). La transformación del anterior modelo económico chino continúa avanzando de forma inexorable, aunque más lenta que antes, y se puede comprobar un gran dinamismo en algunos sectores.

Ese dinamismo se muestra en numerosos aspectos, desde el crecimiento de la población urbana, pasando por el de la clase media y la reducción de la pobreza (al igual que en toda la región asiática), del consumo, de la inversión en infraestructuras, educación, sanidad e I+D o el impacto de la nueva economía digital, aspectos que proporcionan una visión  amplia del rápido cambio que se vive a diario. La robotización del país, con China adquiriendo casi la tercera parte de la producción global de robots, jugará también un papel fundamental, permitiendo un mayor valor añadido dentro de la cadena de valor de su sistema productivo, cuya evolución se enmarca en estrategias como «Made in China 2025». En lo que se refiere a educación, importante pilar hacia el futuro, se observan también tendencias interesantes.

Adicionalmente, el gigante asiático tiene la necesidad de incrementar su presencia y relevancia en diversas áreas del mundo, entre otras América Latina, donde, en los últimos años, ha aumentado sus inversiones y ampliado sus intercambios comerciales. Dentro de su nuevo proyecto «Belt and Road Initiative» (la Nueva Ruta de la Seda), China contempla tanto su expansión económica como la colaboración al desarrollo de varios países emergentes en la región asiática, en primera instancia, para continuar en Europa y África.

En ese sentido, surgen diversas oportunidades para la generación de actividad, no sólo en infraestructuras y comercio, sino también en el sector servicios, en el cual China mantiene un importante déficit de intercambios. También es cierto que su crecimiento económico presenta riesgos y aspectos problemáticos, tanto de carácter interno como externo; ejemplo de ellos son los flujos financieros de salida recientes, el elevado endeudamiento privado, especialmente de las empresas, la impresión de burbuja en la que se mueve recientemente el sector inmobiliario, la excesiva dependencia del carbón en el suministro energético, la depreciación de la moneda (el renminbi) o, en un plano no estrictamente económico, la polución que sufren muchas ciudades.

Sin duda, también España puede participar y beneficiarse de sus planes de expansión, para lo cual debe trazar una estrategia clara. La presencia china en España es aún modesta, aunque creciente: no llega al 5%, como media anual, en la inversión extranjera que llega a nuestro país en los últimos años, aunque hace solo siete u ocho años no alcanzaba el 1%; los turistas chinos suponen solo el 0,5% de nuestros visitantes extranjeros, cuando en todo el mundo suponen ya el 10%; nuestras exportaciones son hoy el 2% de nuestro total, pero eran el 0,5% al comienzo del siglo… España posee varias fortalezas que debe potenciar, como acceso al Mediterráneo y conocimiento exhaustivo de América Latina, puntos que son de gran interés en los planes de China.