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La economía española ante 2015: Certezas, incertidumbres y pronósticos

jose Mª Serrano en el OEA

EL O.E.A. CONSIDERA QUE ES PRECISO RECUPERAR EL DINAMISMO EN LAS REFORMAS ECONÓMICAS PARA SOSTENER EL LIGERO CRECIMIENTO ACTUAL

 

Sevilla, 13 de enero de 2015

La primera sesión del año del Observatorio Económico de Andalucía se centró en el análisis de la situación de la economía española, para lo que se contó con una ponencia del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, José María Serrano, quién señaló las “certezas, incertidumbres y pronósticos” en este arranque del ejercicio 2015.

El ponente señaló dos certezas: “crecemos y hemos recuperado el equilibrio”, ambas con matizaciones, como que el crecimiento sea sólo en los dos últimos trimestres mayor que la zona euro, tras seis años de estar por debajo, y que la recuperación del equilibrio haya precisado trece años: “jamás hemos necesitado financiación exterior durante tanto tiempo”.

En cuanto a las incertidumbres “que pueden hacer que el crecimiento no sea sostenido como para crear el empleo que se necesita”, expuso tres: el peso del desendeudamiento, las carencias estructurales y el escaso pulso de la política económica, todo lo cual desemboca en una gran inestabilidad institucional con vulnerabilidad financiera y la posibilidad de volver a una situación de riesgo sistémico.

Respecto al proceso del desendeudamiento, señaló cómo si bien las familias y las empresas no financieras han iniciado ya ese proceso, no así las administraciones, que siguen creciendo aún en estos últimos meses, así como el enorme peso del endeudamiento con el exterior, que puede llevar a la economía española a una situación como la de Japón, que lleva ya veinte años con crecimientos o muy bajos o negativos.

De las carencias estructurales, señaló la distribución sectorial, el tamaño de las empresas y el mercado laboral. De la primera dijo que no se puede descargar en el sector industrial, de tan escaso peso como el de España, que sea el motor de la economía mediante las exportaciones y que periodos como los últimos años, en que esto ha ocurrido tienen un corto recorrido; lo mismo vino a decir respecto al tamaño, ya que el enorme predominio de la pequeña empresa no garantiza el suficiente impulso de la innovación y creatividad en el conjunto del sistema productivo. Y respecto al mercado laboral, estimó que el paro estructural de la economía española es excesivamente alto, como lo demuestra que, incluso en el momento de más elevado nivel de actividad durante el ciclo anterior a la crisis no bajó del 8,5% de la población activa.

En cuanto a la no pulsión de la política económica, presentó como ejemplos los ajustes aplicados de forma lineal, sin prioridades, la no reforma de la fiscalidad en profundidad y que las reformas estructurales como las de administraciones públicas, los servicios, el mercado laboral, las instituciones políticas… se hayan quedado en retórica más que otra cosa.

En consecuencia, no descartó que vuelvan a producirse tensiones financieras al calor de la inestabilidad institucional y de que nos encontramos en un año electoral, y expuso cómo el crecimiento de la economía española y la creación de empleo son muy sensibles al aumento de la prima de riesgo (cada 100 puntos de crecimiento de ésta puede suponer medio punto menos de aumento del PIB y entre dos y cinco décimas menos de creación de empleo).

Por todo ello, el pronóstico que se esboza es de que es posible la continuidad del proceso de crecimiento económico pero que éste va a seguir siendo muy lento, de escasa entidad y con reducido impacto en el empleo o que al menos no lo va a tener en términos que puedan reducirlo en niveles significativos desde su elevadísimo nivel actual; al tiempo, ese crecimiento seguirá siendo dependiente en demasía de un entorno exterior favorable, lo que nunca es posible asegurar, y su lentitud tendrá una incidencia negativa cada vez mayor en la percepción social del proceso de recuperación.

El Observatorio Económico de Andalucía estima que para propiciar un crecimiento más sólido y robusto de la economía española y andaluza es imprescindible abordar reformas estructurales con mayor profundidad (administraciones públicas, competencia, servicios, mercado laboral, fiscalidad…), favorecer los procesos de concentración empresarial para aumentar el tamaño de las empresas, crear incentivos de mercado que favorezcan las inversiones en capital productivo y en capacidad innovadora y, dada la necesidad de mejorar la balanza comercial, se hace imprescindible un sector industrial de mayor entidad.

Por otro lado, se aboga por reformas en los sistemas educativos y de investigación para mejorar la cualificación de los recursos humanos y la capacidad tecnológica del sistema productivo, y por reformas de las instituciones públicas para dotarle de mayor eficacia y representatividad.