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Sesión «De qué hablamos cuando hablamos de productividad»

 RESUMEN DE LA CONFERENCIA DE JUAN FRANCISCO JIMENO  ”DE QUE HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE PRODUCTIVIDAD”

 

La preocupación por la productividad de las economías europeas es algo relativamente reciente y puede señalarse octubre de 2016 como el momento en que tomó carta de naturaleza en la Unión Europea, ante el bajo crecimiento económico y los problemas demográficos que se detectaban para el futuro inmediato. Ante ello, el Consejo Europeo instó a que todos los países miembros crearan un órgano que analizara la situación en que se encontraban a ese respecto y las cuestiones que incidían en su realidad particular.

Ya en los tres primeros años, quince países constituyeron sus consejos y la UE publicó dos informes de evolución. España lo creó en julio de 2024, al mismo tiempo que Italia, con un cierto retraso que puede resultar paradójico, porque son dos de los países que tienen una situación más débil al respecto.

En España el Consejo de la Productividad (CPE) se ha creado como un órgano adscrito al gobierno, dependiente de los ministerios de Economía y Trabajo, pero es autónomo en su funcionamiento y en la toma de sus decisiones y la elaboración de sus conclusiones y recomendaciones, por lo que no debe ser considerado como “el consejo del gobierno”, sino como una entidad que interesa al conjunto del país, porque de la productividad de la economía en general y de las empresas en particular depende el crecimiento económico a largo plazo de España y el sostenimiento del estado del bienestar. Tras el nombramiento de sus vocales, comenzó sus actividades a finales de noviembre de 2024.

Su trabajo se inserta en el marco de los que lleve a cabo la UE y debe ser un instrumento dinamizador del debate sobre la productividad en ámbitos como la economía, la política, las relaciones en la empresa y todos aquéllos que el propio Consejo considere que afecta a la productividad general del país. Elaborará un Informe anual y también puede llevar a cabo informes específicos sobre aquéllas cuestiones que se consideren relevantes con el objetivo final de, en cinco años, que es el mandato de los actuales miembros del Consejo, se pueda empezar a elaborar una Estrategia para el Crecimiento de la Productividad en España tanto a nivel estatal como en todas las Comunidades Autónomas. Ya se ha aprobado que el primer informe se centre en las vinculaciones de inversión y regulación con la productividad y de cómo se reparten los beneficios de las ganancias de productividad entre la población española.

Son muchos los factores que determinan la productividad de un país y entre ellos pueden ser destacados la estructura sectorial de la economía, la cantidad y calidad de los factores de producción, las innovaciones tecnológicas, la calidad institucional y de la gestión empresarial, la organización del trabajo y un amplio abanico cuestiones (la educación, la dinámica poblacional…) de tal forma que puede decirse que casi todo lo que afecta a la producción tiene influencia sobre el nivel de productividad de un país; igualmente, es concluyente que solo el crecimiento de la productividad puede sostener el incremento del PIB per cápita.

En España, la productividad en las tres últimas décadas se ha estancado, manteniéndose un retraso respecto a la media europea de entre el 10% y el 15% y mucho más en relación a Estados Unidos y los países europeos más avanzados; no obstante, en los últimos años parece que la brecha de productividad con algunos países europeos líderes está empezando a cerrarse. .

Dos cuestiones puntuales fueron expuestas en síntesis en sus posibles vinculaciones con la productividad, los efectos de la inteligencia artificial y los del envejecimiento de la población, ambos muy abiertos al debate y con efectos que no serán solo en uno u otro sentido (positivo o negativo) ni siquiera similar sobre distintos estratos de la población,, con el común denominador de la escasa conciencia en general de la trascendencia del hecho del cambio que supone para poblaciones con diferentes niveles formativos, intereses y aptitudes y actitudes distintos respecto del mundo del trabajo y las relaciones sociales en general.

En el coloquio, y a planteamientos de los asistentes, el ponente, Juan Francisco Jimeno, presidente del CPE, analizó varias cuestiones que inciden en la baja productividad de la economía española. En relación a la estructura sectorial, puso de manifiesto que la industria en general alcanza un nivel más elevado que la agricultura y la mayoría de los servicios (en especial, el turismo, una actividad tan en auge en la economía española), que las grandes empresas se encuentran al mismo nivel que sus homólogas europeas, pero no así las medianas y pequeñas que es dónde se asienta la baja productividad de la economía nacional, que la oferta formativa no está a la altura de las necesidades que tiene el sistema productivo, que la productividad es algo bastante desconocido en general en el tejido empresarial y que, en muchos casos, no se valora suficientemente porque tampoco se suele medir e incluso no se suele diferenciar de otros conceptos como la competitividad, que las estadísticas públicas no se encuentren preparadas para realidad los análisis que pongan de manifiesto la situación, que las cuatro administraciones públicas (europea, estatal, autonómica y local) presentan muchas barreras a la misma, sobre todo la última de ellas… todo lo cual suponen disfunciones no fáciles de afrontar con la urgencia que los problemas presentan, especialmente en un momento en que la dinámica de cambio de escenario internacional se muestra tan contraria a los intereses de la sociedad europea que se ha construido en los últimos tiempos.

Presentación