RESUMEN DE LA CONFERENCIA DE RAFA SALGUEIRO EN LA SESIÓN DEL O. E. A. “CHINA 2021: TIRANDO DEL CARRO EN EL AÑO DEL BUEY”
La crisis sanitaria por la covid-19 ha tenido un impacto en la economía china muy diferente del que está ocasionando en el resto del mundo. En China, la caída de la producción bruta solo se produjo en el primer trimestre del año 2020 (el 6,8% en tasa interanual), ya que en el segundo periodo volvió a crecer, aunque en un nivel casi la mitad que antes de la crisis, para volver a éste ya en el tercero y mejorarlo en el cuarto; de esa manera, en el conjunto del año el impacto fue rebajar al 2,3% el crecimiento que venía teniendo casi tres veces superior con anterioridad, pero ya este año se espera mejorar la senda del crecimiento económico aumentándolo dos puntos por encima del que se dio en 2019. Mientras, el conjunto de la producción mundial cayó el 4,4% en todo el año pasado y este año, como mucho, se aspira a recuperarlo.
Otros indicadores, como el comercio global, la producción industrial, las operaciones de compra-venta de empresas o la bolsa de valores, muestran en su evolución que la crisis sanitaria solo ha sido un incidente puntual en la senda de su desarrollo económico del que ya puede decirse que está subsumido en la evolución general del país.
La dinámica mostrada por el crecimiento del número de grandes empresas chinas hizo que ya en 2019 adelantase a los Estados Unidos, según la publicación FortuneGlobal 500 (unas 125 las de cada país entre las 500 más grandes) siendo la mayor parte de ellas de capital público, aunque sometidas a la disciplina de los mercados. En el comercio internacional, tanto las exportaciones como las importaciones chinas se elevan a cifras descomunales: 2,7 billones de dólares las primeras y 2,17 billones las segundas en 2018 (2,6 y 2,0 en 2020, respectivamente); su saldo es favorable a las exportaciones ininterrumpidamente desde hace años;
En este año de la pandemia, China está avanzando en su conversión en el gran suministrador de productos médicos a la Unión Europea; aunque no sea el mayor suministrador en estos momentos, sí es el único país de los tres mayores que está creciendo y ya ocupa el primer lugar en algunos productos concretos, como en respiradores, ropa de protección de los sanitarios y otros.
China se ha convertido también en el año 2020 en el mayor receptor de inversión exterior directa, al superar a los Estados Unidos. Por otra parte. las inversiones europeas en China acumuladas hasta 2019 suman 114.000 millones de dólares. Las inversiones chinas en la UE acumulan 94.000 millones de dólares hasta 2019. En esta cifra tienen una participación muy elevada sus empresas públicas que, en algunos años, han superado la mitad del total, y se extienden, sobre todo, en el sector manufacturero, las finanzas, la minería, los servicios a empresas.Esto volúmenes mutuos de inversión y el establecimiento de reglas que eviten distorsiones competitivas son, entre otras, razones que justifican la importancia del Acuerdo de Inversiones UE-China.
Este acuerdo, según la Comisión Europea, introduce reglas en contra de la transferencia tecnológica, nuevas obligaciones para el modus operandi de las empresas públicas, mayor transparencia en los subsidios públicos, compromisos sobre el desarrollo sostenible y las condiciones laborales, blindaje para que la apertura hacia el exterior de la economía china no tenga vuelta atrás, un mecanismo para la solución de los conflictos entre estados y eliminación o reducción de las restricciones y límites a las participaciones accionariales y las jointventures en una serie de sectores. Por todo ello, y pendiente de la redacción final que se alcance, el acuerdo entre la UE y China merece ser apoyado.
Las políticas del gobierno chino para enfrentarse a la crisis económica por la pandemia han sido muy avanzadas y homologables con las de los países desarrollados,en cuanto al sostenimiento de las rentas de los sectores populares más humildes y también de las empresas en su conjunto, en especial, las pymes y microempresas. Estas medidas han incluido la ampliación de los programas de ayuda social, reducción o diferimiento de impuestos y cotizaciones sociales, reducción de determinados precios y tasas,y facilidades fiscales para las empresas. En conjunto, entre gasto adicional y anticipado e ingresos diferidos o perdidos suman 1,13 billones de dólares (6% del PIB), sin que haya habido ayudas de capital a las empresas. El banco central, el PBOC; ha actuado de forma similar a los de Occidente, apoyando al sistema financiero y proporcionando liquidez mediante operaciones de mercado.
Muy recientemente, se ha aprobado el 14 Plan Quinquenal (2021-2025), que por primera vez no incluye objetivos explícitos de crecimiento económico, pero sí objetivos cuantificados en el grado de urbanización de la población, superficie cultivable en buenas condiciones, formación de los trabajadores, reducción en la intensidad de consumo de energía y emisiones de CO2, crecimiento anual del gasto en I+De incluso crecimiento de la esperanza de vida. El plan anima la introducción de mecanismos de mercado para estimular la innovación y continúa la reestructuración de empresas públicas, entre otros extremos. La cuantificación de los objetivos a conseguir en el plan puede considerarse modélica en cuanto a su formalización y precisión, para favorecer que el grado de alcance pueda ser medido.
La iniciativa de “La Nueva Ruta de la Seda”, lanzada en 2013 con el fin de extender la apertura e interconexión de la economía mundial cuenta ya con la adhesión de 140 países de todo el mundo, entre ellos 18 que forman parte de la Unión Europea. Para el conferenciante, los objetivos y la forma de implementación de este programa de inversiones por todo el mundo y de colaboración al desarrollo conjunto de los países merece ser tomado en consideración por los países para aprender y beneficiarse de ellos en vez de adoptar posturas recelosas, porque China, que es el país más poblado del mundo (una quinta parte de los habitantes) y que ya tiene la economía más fuerte, no va a dejar de insistir en esa línea, ya que tiene pendiente aún la extensión del bienestar al conjunto de su población y el crecimiento de su riqueza per cápita. Todo ello además de ser justo el que su significación en el mundo se vea ratificada en el plano institucional, como viene haciéndose poco a poco en diferentes ámbitos de las relaciones internacionales.