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De la Tierra a la Luna

Publicado en «El Economista»

El ejercicio de la predicción económica tiene algo de prestidigitación, en el que la probabilidad de ocurrencia transcurre de manera inversa al límite de tiempo sobre el cual se ejecuta la adivinación. O sea, que cuanta más información tengamos de un período, mejor será nuestra predicción sobre el comportamiento de la economía durante el mismo. Por eso no es de extrañar las elevadas diferencias que se suelen producir entre la previsión inicial y la final, por ejemplo, del crecimiento del PIB de un país. Diferencias que se agrandan cuando nos encontramos en momentos de cambio de ciclo, muy complicados de identificar.

Leyendo hace unos días el blog La riqueza de las regiones, me topé con una entrada del economista madrileño Juan de Lucio sobre las predicciones disponibles en el momento respecto al desempeño económico de las comunidades autónomas españolas para 2014. Básicamente se citaban las de Hispalink (que lleva más de 2 décadas haciendo este ejercicio), Ceprede y BBVA. Si bien es cierto que hay organismos que realizan previsiones para cada comunidad, estos hacen un esfuerzo de coherencia al presentar estimaciones para cada comunidad y para el conjunto de España.

Inmediatamente me llamó la atención el comportamiento de Andalucía, que ha mantenido unas altas tasas de caída durante la crisis y que, de pronto, se convertía en la comunidad con un mayor crecimiento de la lista (+1,5 %), junto con Madrid. Por supuesto, ambas por encima de la media nacional (+1,1 %). ¿Cómo es esto posible?

En primer lugar, es evidente que estamos frente a un cambio de ciclo, aún incipiente y cargado de incertidumbres. También es cierto que, a medida que hemos ido avanzando a lo largo de este año, las expectativas y la actividad se han fortalecido. Incluso, la aportación del Estado se ha relajado (gracias, Merkel) y el entorno (la Eurozona) también parece mostrar síntomas de recuperación. En segundo lugar, aunque Andalucía fue una de las comunidades en las que mayor incidencia tuvo la burbuja inmobiliaria, y en consecuencia también ha sido una de las que más intensamente ha destruido empleo en estos años de crisis, la Comunidad también tiene una fuerte presencia de sectores que están comportándose particularmente bien este año, como son el turismo y el agroalimentario y que “pescan” una buena parte de sus ingresos en el exterior y que presentan una menor dependencia de la demanda interna.

Así parece más entendible este salto de la Tierra a la Luna en las previsiones sobre la economía andaluza. No obstante, aún es pronto para echar las campanas al vuelo, no vaya a ser que el verano nos depare sorpresas desagradables y nos tengamos que quedar a la mitad de camino: en la Estación Espacial Internacional.

Gráfico: Evolución de las previsiones sobre la economía andaluza y la española

Fuente: Juan de Lucio, La riqueza de las regiones