ANDALUCIAECONOMICA.COM
El informe está elaborado por el Observatorio Económico de Andalucía y la Universidad Pablo de Olavide y cuenta con la colaboración de la Fundación Cámara de Sevilla.
Según la estimación del Indicador Sintético de Actividad de Andalucía del Observatorio Económico de Andalucía (IOEA) correspondiente al primer trimestre de 2024, la economía andaluza experimentó un crecimiento del 0,8% respecto al trimestre anterior. Con este dato, la tasa interanual de crecimiento del indicador se sitúa en un 2,1%, una décima superior a la del cuarto trimestre de 2023 y tres décimas menor que la media española.
Con esta estimación se confirma la evolución positiva de la actividad económica de Andalucía, que mantiene en los últimos dos trimestres un crecimiento significativo e incluso superior a la media española, recuperando en parte el ritmo perdido durante buena parte de 2023 respecto a la economía española.
Inflación y salarios
Durante los últimos meses del 2023 y principios del 2024, se ha observado un incremento moderado en los registros de inflación a nivel nacional y regional. Según el indicador adelantado del INE, la inflación anual estimada del IPC en abril de 2024 se situó en el 3,3% para España, reflejando un leve aumento de una décima en comparación con el mes anterior. Este incremento, influenciado principalmente por el alza en los precios del gas y de los alimentos, fue parcialmente mitigado por la moderada disminución en los precios de la electricidad.
En cuanto a Andalucía, y para marzo, el último dato disponible para la región, la tasa de inflación anual se mantuvo ligeramente por debajo de la media nacional, registrando un crecimiento respecto al mismo mes del año anterior del 3,1%. Los mayores incrementos para aquel mes se observaron en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, así como en restaurantes y hoteles, mientras que sectores como vestido y calzado experimentaron una leve disminución.
En este contexto de leve aumento en la tasa de inflación, se observó un avance ligeramente superior en los salarios y costes laborales, aunque particularmente relevante en estos últimos. Así, el coste laboral de las empresas experimentó un significativo aumento del 5,0% respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando los 3.145,99 euros por trabajador y mes. Este incremento, aunque fue significativo en el coste salarial, con un crecimiento del 4%, lo fue mucho mayor en otros costes, que aumentaron un 8,0%, especialmente debido al incremento en las cotizaciones sociales. Sin embargo, según los datos de salarios pactados en convenio, se espera que las presiones salariales al alza de los costes laborales se moderen en los próximos meses, con una moderación algo más significativa en Andalucía.
Esta esperada evolución de los ingresos salariales, en un contexto de moderación, tendrá efectos positivos en la tendencia futura de la inflación, aunque posiblemente pueda afectar a la disponibilidad de renta de los hogares andaluces y su capacidad de compra.
El mercado de trabajo
Andalucía ha experimentado un aumento significativo en el número de ocupados. En el primer trimestre de 2024, la comunidad alcanzó un total de 3.377,7 miles de ocupados, lo que supone un crecimiento anual del 0,9%. Este incremento, aunque ligeramente inferior al promedio nacional del 3% está muy condicionado por la evolución del sector primario, que arrastra aún en estos meses los envites de la sequía, lo que indica una tendencia de recuperación en el mercado laboral andaluz.
El desempleo regional también ha registrado una evolución positiva, aunque más moderada que el empleo. La tasa de desempleo se situó en el 17,8 %, cuando un año antes era del 18,4%, mientras el paro disminuía en un 3,1% interanual, situándose en 730 mil desempleados. En cuanto al paro registrado en las oficinas del SAE descendía hasta las 678.579 personas a finales de abril de 2024, la cifra más baja desde septiembre de 2009.
En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, Andalucía ha experimentado un crecimiento moderado, aunque digno de mencionar. Así, en abril de 2024, la comunidad superó por primera vez los 3,4 millones de trabajadores afiliados, alcanzando un total de 3.440.682 afiliados. Este aumento se traduce en 41.365 nuevos cotizantes medios, reflejando un incremento del 1,22% respecto al mes anterior. Además, en términos interanuales, la afiliación a la Seguridad Social en Andalucía aumentó en 54.178 personas, lo que representa un crecimiento del 1,60%. De nuevo, estas cifras son inferiores a las del conjunto nacional, lo que, sin embargo, se explica en buena parte por el año agrícola, muy influenciado por la falta de lluvias hasta la primavera de 2024.
Por el lado de la demanda
La demanda interna desempeñó un papel crucial en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía durante el primer trimestre de 2024. Una vez más, el gasto en consumo final de los hogares resultó relevante, singularmente en bienes duraderos, lo que sugiere una mayor confianza y capacidad de gasto de los consumidores en la región.
Así, tanto el índice de comercio al por menor que mostró un crecimiento del 2,7% en el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, como el índice de ventas en grandes superficies, con un avance del 1,5%, mostraron una dinámica relativamente más positiva que para el conjunto nacional. Este aumento refleja una sólida actividad minorista en la región, con un incremento en las ventas de variedad de productos. Factores como la confianza del consumidor, la favorable evolución del mercado de trabajo y de los ingresos familiares, han contribuido a este crecimiento.
Sin embargo, y en contraste con los datos anteriores, hay que mencionar a la matriculación de turismos, uno de los indicadores más importantes para medir la capacidad de consumo de las familias, y que durante este período registró un ligero descenso del -1,7%, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta disminución puede indicar una moderación en el consumo de bienes duraderos, posiblemente influenciada por factores como las condiciones financieras, o los diferentes anuncios en el agotamiento de las ayudas a la adquisición de los vehículos, así como cambios en las preferencias del consumidor.
Junto a ello, la inversión parece mostrar durante este inicio de año una dinámica más positiva que la experimentada en los inmediatamente anteriores. Aunque algunos indicadores de la construcción mostraron valores negativos en tasa de crecimiento, otros, como los de viviendas terminadas o superficie construida reflejaron un mayor dinamismo. Respecto a la inversión en equipos, su evolución sugiere un moderado optimismo empresarial en cuanto a las perspectivas económicas a medio plazo en la región.
En el comercio exterior, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron por encima de las importaciones en términos corrientes. Destacan los aumentos en las exportaciones de grasas y aceites animales y vegetales, así como del material de transporte, con aumentos del 77,6% y 133,7%, respectivamente, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Por otro lado, se observan disminuciones notables en productos químicos y conexos, así como en metales comunes y sus manufacturas, con caídas del 31,4% y 23,9%, respectivamente. En cuanto a las importaciones, merece la pena destacar el aumento significativo en productos minerales, con un crecimiento del 50,2%, mientras que productos químicos y conexos experimentaron una disminución del 36,2%. Sin embargo, este aumento no se correspondió en términos constantes, al reflejar un mayor impulso los precios de las exportaciones. En consecuencia, la demanda externa experimentó una ligera contracción en términos netos, aportando negativamente al aumento del PIB durante los primeros meses del año.
No es este el caso, sin embargo, de las exportaciones de servicios, y en particular de los turísticos, que durante el primer trimestre de 2024 tuvieron un desempeño sólido, respaldado por varios indicadores clave. El número de viajeros que se alojaron en establecimientos hoteleros aumentó en un 13,9% en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzando un total de 1.616.003 personas, mientras las pernoctaciones en establecimientos hoteleros también experimentaron un notable crecimiento (25,1% interanual), alcanzando un total de 4.206.108. Este aumento refleja una mayor actividad en el sector hotelero, con un aumento en la demanda de alojamiento por parte de los visitantes. El grado de ocupación por plaza en los establecimientos hoteleros también aumentó, llegando al 51,8%.
Finalmente, el gasto de las administraciones públicas experimentó un aumento significativo, lo que aportó igualmente al crecimiento regional.
Por el lado de la oferta
Los últimos datos muestran una disminución de la actividad industrial, reflejada en el descenso del 4,3% en el Índice de Producción Industrial durante el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior. A pesar de esta caída, el Índice de Cifras de Negocios en la Industria y el Comercio al por Menor experimentaron un sólido crecimiento interanual del 13,0% y 2,7%, respectivamente, indicando una actividad comercial dinámica en el sector.
En el sector de la construcción, durante el mes de febrero de 2024 se observaron resultados mixtos. Por ejemplo, el número de viviendas iniciadas y terminadas libres experimentó variaciones interanuales negativas, posiblemente indicando una desaceleración en el mercado inmobiliario. A estas cifras las acompañaban la constitución de hipotecas y que, influenciadas por la evolución reciente de los tipos de interés, mantuvieron aún durante este inicio de año una marcada tendencia negativa.
Sin embargo, el índice de superficie a construir de obra nueva para uso no residencial ha mostrado un crecimiento del 19,6%, sugiriendo una reactivación a medio plazo de la actividad en este segmento específico del sector.
En cuanto al sector de servicios, los datos más recientes muestran una tendencia positiva, con un aumento del 5,2% en el índice general de cifra de negocio durante el mes de febrero de 2024 en compa- ración con el mismo período del año anterior. Este incremento fue impulsado principalmente por el comercio, así como por otros servicios. Estos datos reflejan una actividad robusta en el sector servicios de Andalucía, y que complementan la evolución positiva mostrada por el consumo de las familias.
Previsiones
La economía mundial presenta signos claros de recuperación, aunque el ritmo de crecimiento sigue siendo moderado en un contexto de persistencia de significativas tensiones geopolíticas. Durante el primer trimestre de 2024, la actividad económica a nivel mundial mostró una tendencia positiva, con un particular impulso en el sector manufacturero, como lo indica el sólido desempeño del índice de directores de compras (PMI), a lo que se le unen los datos de comercio internacional, que apuntan hacia una recuperación después de la debilidad observada en el último trimestre del año pasado. Además, los nuevos pedidos externos de manufacturas y servicios están aumentando, lo que debería impulsar el crecimiento del comercio mundial a corto plazo. Frente a esto, las disrupciones en el transporte marítimo en el mar Rojo continúan siendo un riesgo significativo, aunque los precios del transporte marítimo están retrocediendo.
Esta recuperación se está desarrollando de manera desigual en las distintas regiones. Mientras Estados Unidos y varios mercados emergentes muestran un crecimiento sólido, que se estaría extendiendo a lo largo de este primer trimestre de 2024 según los datos de PMI y de contabilidad trimestral, la economía de la Unión Europea se enfrenta a desafíos significativos.
Bajo estas premisas, tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyectan que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial se mantendrá estable en el 3,2% en 2024, cifra que se mantendría también en 2025. Este aumento estará impulsado por un crecimiento más robusto de los ingresos reales y la pre- visible implementación de políticas monetarias más laxas a medida que avance el año, crecimiento que tendrá su epicentro en las economías emergentes acompañada por la de los Estados Unidos.
La inflación ha continuado moderándose, lo que se explica por la contención de los precios energéticos, posiblemente influenciada además por políticas monetarias restrictivas a nivel global. A la moderación de la inflación se une unos mercados laborales que mantienen una clara solidez, con tasas de desempleo cercanas a mínimos históricos en varios países.
Sin embargo, los mencionados riesgos geopolíticos persisten, lo que podrían perturbar los mercados energéticos y financieros, aumentando la inflación y frenando el crecimiento. Además, y aunque la inflación está disminuyendo más rápido de lo previsto, existe una moderada incertidumbre sobre la continuación de esta tendencia, dado el contexto de tensiones geopolíticas, especialmente en el Medio Oriente.
Y es que la evolución a corto y medio plazo de la economía global estará muy condicionada a la existencia de elevados riesgos geopolíticos que no parecen remitir, a pesar de la contención de recientes escaladas peligrosas para la seguridad mundial. La persistencia de la guerra Rusia-Ucrania, con un impulso en el belicismo de la primera, o el mantenimiento de la operación militar en Gaza, impulsan las preocupaciones sobre futuros choques. Así, el World Economic Forum, sobre la base de diversas encuestas realizadas recientemente, indica que existe una perspectiva claramente negativa para los próximos dos años, con riesgos ambientales, sociales y económicos en aumento. La desinformación, la polarización y la inestabilidad geopolítica son temas candentes, por lo que es imposible descartar su impacto en el desempeño económico a corto y medio plazo.
Como se ha avanzado, en este contexto de crecimiento a corto plazo, las perspectivas no son generalizadas para las economías más desarrolladas. La asimetría en la recuperación y crecimiento provocará evoluciones diferenciadas tanto de la inflación como de los tipos de interés, disminuyendo ambos a ritmos diferentes, con consecuencia desiguales en el futuro desempeño económico global.
Así, entre las economías avanzadas, Estados Unidos muestra, una vez más, un crecimiento sólido, aunque desacelerando ligeramente, lo que podría significar que estamos ante un «aterrizaje suave» en su actividad económica. Es evidente que la política monetaria restrictiva está empezando a impactar en la economía, reflejándose en un enfriamiento gradual del mercado laboral, mientras se mantiene un suelo en la evolución de la inflación, lo que parece que retrasará la moderación de tipos inicialmente prevista para principios del próximo verano. Sin embargo, y a pesar de lo anterior, esta desaceleración se produce en un contexto de crecimiento sólido, a diferencia de las economías europeas, y este im- pulso persiste a pesar de las condiciones monetarias más estrictas, especialmente evidentes en los mercados de vivienda y crédito. Como resultado, se espera que la economía estadounidense contribuya al crecimiento global.
Mientras tanto, China se enfrenta a una recuperación desigual, con un sector industrial robusto, pero un mercado inmobiliario en declive, presentando desafíos para alcanzar las metas de crecimiento establecidas por el gobierno. Sin embargo, y a pesar de ello, China es una excepción importante en el panorama económico global. A diferencia de la mayoría de las economías, donde se espera que la política macroeconómica siga siendo relativamente restrictiva, el país asiático parece estar preparándose para adoptar una política de bajos tipos de interés y un apoyo fiscal significativo en 2024 y 2025. Esto sugiere que el gobierno chino está dispuesto a inyectar más estímulos en su economía para man- tener el crecimiento y la estabilidad dada la particular situación derivada de los recientes eventos financieros creados a raíz de la inestabilidad en el sector inmobiliario. Por estas razones, y por los datos recientemente publicados sobre el desempeño de la economía asiática, la evolución de la economía china para el resto de 2024 y para 2025 se considera relativamente optimista, contribuyendo con ello al panorama económico global. A todo lo anterior, hay que añadir que la economía china está mostrando una resistencia notable, a pesar de las tensiones geopolíticas y las fluctuaciones en los mercados de energía y financieros.
La economía de la zona euro experimentó un estancamiento en 2023 por las condiciones financieras restrictivas y la falta de confianza, lo que provocó un crecimiento modesto y desigual en comparación con otras economías como Estados Unidos y las principales economías emergentes. Aunque se observó un crecimiento del empleo durante el año, el dinamismo del PIB real mantiene una cierta debilidad en el primer trimestre de 2024, singularmente concretada en una divergencia entre el sector manufacturero y los servicios.
A pesar de esta situación, se vislumbran señales incipientes de recuperación, como el aumento de las rentas reales por la reducción de la inflación, el incremento de salarios en un mercado de trabajo que marca registros récords en varios países y por la mejora en los intercambios comerciales. La evolución de PMIs posiblemente preceden a un aumento en la demanda de exportaciones en los próximos trimestres, con la previsión de que el efecto moderador de los tipos de interés desaparezca gradualmente.

A corto plazo, se espera que persista la divergencia entre las economías de la Unión Europea, aunque esta podría disminuir a medida que la recuperación en Europa se fortalezca.
Así, la inflación en la zona euro disminuyó al 2,4% en marzo de 2024, desde el 2,6% del mes anterior, principalmente debido a la reducción de las tasas de variación de los precios de los alimentos y bienes industriales no energéticos mientras la subyacente continúa su descenso. Mientras, el crecimiento de los salarios se moderó en el cuarto trimestre de 2023, aunque aún no lo suficiente para ajustar unos costes laborales unitarios que siguieron altos. Con todo ello, las expectativas de inflación a largo plazo son del 2%, lo que refleja que se sigue esperando recortes en el crecimiento de los precios.
En este contexto, la economía española ha demostrado un dinamismo sorprendente, superando las expectativas iniciales. Según los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) publicados por el Instituto Nacional de Estadística en enero, en el cuarto trimestre de 2023, el crecimiento del PIB fue del 0,6%, frente al 0,3% previsto por el Banco de España en diciembre, mientras en el primer trimestre de 2024 avanzó hasta el 0,7%. Este crecimiento inesperado también se reflejó en una ligera revisión al alza de las tasas de crecimiento del PIB en el segundo y tercer trimestre del año anterior, y elevando además las previsiones del segundo trimestre de 2024 hasta el 0,5% y del conjunto del año por encima del 2%, según algunos organismos.
Sin embargo, el crecimiento observado muestra algunas debilidades. La productividad, aunque mejorando, sigue siendo baja, lo que podría limitar el crecimiento económico a largo plazo y contribuir a presiones inflacionistas y pérdidas de competitividad. La inversión, aunque mejora en el primer trimestre de 2024, sigue en niveles inferiores a 2019 y la ejecución de fondos Next Generation avanza, pero sin lograr imprimir un efecto tractor significativo.
A pesar de estas debilidades, y como se ha adelantado, las proyecciones de crecimiento del PIB se han revisado al alza para 2024, con un crecimiento esperado del 1,9% según el Banco de España, aunque posiblemente ya desfasado, y se mantienen estables para 2025 y 2026. Esta última revisión disponible al alza se debió según el Gobernador a los nuevos datos de la CNTR, precios energéticos más bajos, posible recorte de tipos a medida que avance el año y por la fortaleza del mercado de trabajo.
Los riesgos para este escenario son principalmente a la baja en cuanto a la actividad económica, mientras que se consideran equilibrados en relación con la inflación, a pesar de que esta última se espera esté por encima de la media europea durante todo el año. A nivel nacional, la reactivación de las reglas fiscales europeas presenta riesgos para las proyecciones actuales, ya que podría requerir medidas de consolidación fiscal más estrictas de lo previsto, lo que podría impactar negativamente en la actividad económica a medio plazo.
Se prevé que la economía andaluza experimente tendencias similares a las descritas para España. La evolución a principios de año muestra una continuidad evidente con respecto a lo ya descrito para finales de 2023. Además, la actividad económica en la región parece mantener una aceleración que la sitúa en tasas de crecimiento bastante superiores a las previstas a principios de año para el conjunto del país.
La llegada de las esperadas lluvias durante el inicio de la primavera, junto con el aumento en la llegada de turistas, ha impulsado aún más el consumo de las familias, lo que se espera que continúe al menos durante varios trimestres más. La moderación de la inflación, la posible reducción de los tipos de interés y el alivio para algunas economías europeas sugieren que, al menos durante los meses centrales del año, se mantendrá una senda de crecimiento clara.
La recuperación esperada del sector agrario será de particular importancia en este perfil de crecimiento, motivada tanto por la llegada de las lluvias como por la eliminación de las restricciones de riego, especialmente importantes para ciertos cultivos en la región. Además, el levantamiento de las restricciones al consumo de agua podría tener un impacto positivo en el turismo.
Se espera que el mercado laboral continúe mostrando un perfil positivo en los meses previos al verano, lo que tendrá consecuencias significativas en la evolución del consumo de las familias. Por último, la inversión, que parece estar reaccionando finalmente después de una tendencia claramente insuficiente en los últimos trimestres, podría beneficiarse del efecto definitivo de la ejecución de fondos europeos. Sin embargo, el consumo público, que ha sido muy relevante en los primeros meses del año, deberá moderarse por razones de consolidación fiscal.
En conclusión, considerando todo lo anterior, el panel de expertos del Observatorio Económico de Andalucía prevé un crecimiento del 2,1% para el conjunto del año, tres décimas por encima de la estimación realizada hace tan solo tres meses.