Skip to content Skip to footer

Exportar para sobrevivir y crecer

LA actividad exportadora de las empresas y de países enteros no sólo reflejan la capacidad para fabricar productos en los que se tengan ventajas respecto del resto del mundo; refleja, también, una cultura, una tradición de apertura al resto del mundo, un deseo de salir de los límites que marcan las fronteras políticas y de las psicológicas que marcan las lenguas, las costumbres y las formas de relacionarse. Exportar no es sólo vender; es también ser más cosmopolitas.

Es cierto que la geografía ha impuesto históricamente unas barreras naturales difíciles de franquear. Pero en países como España, esas barreras han desaparecido en los últimos veinte años. Seguimos padeciendo, sin embargo, notables barreras psicológicas y lingüísticas, aunque esas barreras se encuentran muy desigualmente distribuidas entre las distintas regiones.

La crisis está contribuyendo, más que ninguna política, a que las empresas españolas estén orientándose de manera creciente a exportar bienes y servicios. El hundimiento de la demanda interna, está provocando que la salida al exterior sea la única vía para sobrevivir. Los últimos datos del consumo de las familias se corresponden más con los de una economía en profunda depresión que en recesión.

A pesar de que la crisis afecta también a los países de la UE, el aumento de las acciones comerciales en esos países y, sobre todo, el aumento de la diversificación geográfica, están contribuyendo al brillante comportamiento del sector exterior.

El pasado año, la contribución del sector al crecimiento del PIB fue del 2,8%; una marca que hay que remontarse treinta años atrás para observar otra igual. Esa gran contribución ha sido posible porque las exportaciones de mercancías alcanzaron un nivel récord de 222.000 millones de euros. Esa cifra representa un incremento del 40% desde el año 2009, final de la anterior recesión. Esas exportaciones las llevaron a cabo más de 136.000 empresas, lo que representa también una muy buena noticia, porque son hoy un 30% más de empresas que en 2009.

Como muestra del mecanismo de supervivencia y de crecimiento que representa la actividad exportadora, estas empresas han continuado aumentando sus ingresos durante los últimos años, son más rentables, han reducido su endeudamiento y han aumentado la contratación de personal, según un informe reciente del Icex. Es un círculo virtuoso.

A pesar de estas buenas noticias, pueden ser mejores. Sólo una tercera parte de esas empresas exportan con regularidad, frente al resto que lo hace de manera discontinua. Aumentar el tamaño y realizar acciones conjuntas para incrementar la escala resultan esenciales, porque un motivo principal de la falta de regularidad es el reducido tamaño.

El Ministerio de Exteriores está haciendo ahora una gran labor. El ministro está viajando a países con amplio potencial para nuestras empresas y las embajadas tienen ahora mayor orientación comercial. Las comunidades autónomas deberían ser capaces de aprovechar más las sinergias y, en otro orden, de articular un discurso político mucho menos introvertido que durante todos los años de autonomías, más abierto al mundo exterior y más cosmopolita, porque la extroversión de una economía es una labor de toda la sociedad.

Leer más: http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1479886/exportar/para/sobrevivir/y/crecer.html#sSf3ADy3VQI1YoEG