El Observatorio Económico de Andalucía (OEA), en colaboración con la Fundación Cámara, ha presentado esta mañana sus previsiones sobre la economía andaluza, en las que se constata una «clara desaceleración», aunque se descarta una recesión a corto plazo.
Es decir, seguimos creciendo, pero menos, y no se vislumbran crecimientos negativos por ahora. Esta peor coyuntura, según los analistas, se podría producir a partir de 2021 y la nueva crisis no sería tan virulenta como la recesión que hemos pasado.
Un dato significato expuesto esta mañana por el presidente del OEA, Francisco Ferraro, es que en el balance previsto para 2019, Andalucía crecerá un 2,2%, dos décimas más que la media de España (2%).
«Si esto fuese así romperíamos la tendencia a la divergencia con la media española que se ha mantiene desde hace años», ha apuntado el economista.
El mejor comportamiento del turismo, el comercio y el empleo en la comunidad autónoma, según los últimos indicadores, es el factor que impulsa esta ventaja porcentual de la economía regional respecto al promedio nacional.
Esta es la lectura que realiza el Observatorio, que no ve vínculos directos de esta mejora con acciones concretas del Gobierno de PP y Ciudadanos. «No hay ninguna estimación que diga que alguna medida que haya puesto en marcha el Gobierno andaluz haya mejorado algo en concreto», ha manifestado Ferraro. «No hay nada que podamos vincular directamente con resultados conseguidos», ha reiterado.
Estabilidad política
No obstante, a preguntas de los periodistas, el presidente del OEA ha admitido que la estabilidad política Andalucía «es buena para la economía», aunque ha matizado que «como economista, no viuncula esa estabilidad con variables económicas relevantes» que puedan apreciarse de «forma contundente y clara».
Sin embargo, a preguntas de los periodistas, ha admitido que el actual Ejecutivo regional «puede crear mejores expectativas entre los empresarios», lo que «ha podido animar la productividad en algún sector».
A peor
La exposición de Ferraro, muy matizada y llena de cautelas, ha incidido en que la relentización es un hecho. En este sentido ha señalado que el seguimiento en tiempo real que realiza el Observatorio de todos los indicadores que se van publicando constata que en lo que llevamos de tercer trimestre, «cada dato que aparece va a peor». Ello está «tirando hacia abajo» de la previsión de crecimiento de Andalucía para el conjunto del año.
Los factores que siguen manteniendo el crecimiento regional son, especialmente, el consumo de las familias, alimentado por la mejora del empleo y los salarios; el turismo y el comercio.
Otros indicatores, como el comercio exterior siguen arrojando un saldo positivo. Así, aunque las exportaciónes andaluzas han bajado un 1,5%, las importaciones lo han hecho un 10% y el balance final es favorable.
Los servicios siguen siendo la locomotora de la economía y del empleo en Andalucía, con un crecmiento interanual del 6,3% y un 4,3% de más altas a la seguridad social; mientras, la industria «empieza a mostrar signos de debilidad».
La construcción, por su parte, «sigue un perfil expansivo», pero aporta menos que en trimestre santeriores.