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I Premio del OEA: » El retorno del Péndulo. Una reflexión sobre los factores y medidas para el desarrollo económico de Andalucía»

RESUMEN DEL TRABAJO “EL RETORNO DEL PÉNDULO. Una reflexión sobre los factores y medidas para el desarrollo económico de Andalucía basa en análisis estadístico y shift share”, ESCRITO POR ANGEL ARCOS, GANADOR DEL I PREMIO OBSERVATORIO ECONÓMICO DE ANDALUCÍA

Andalucía pasó en un siglo, entre 1860 y 1950, de ser la región más rica de España a una de las más pobres. Esta decadencia fue puesta de manifiesto, en el ámbito de la dirección política del país, por el filósofo José Ortega y Gasset, quién escribió en 1927 una serie de artículos en el diario El Sol donde expuso su “Teoría de Andalucía”. Señalaba cómo, tras vivir España todo el siglo XIX bajo la hegemonía de Andalucía y sus políticos, hacia 1900 esa situación cambia y empieza el dominio de las regiones del norte, Cataluña y el País Vasco, y concluye preguntándose si esa oscilación no sería una constante en la historia de España. El doctor en Ingeniería Industrial y en Economía, Ángel Arcos, se acoge a esa figura pendular para plantear su investigación como un proyecto para asentar el retorno al liderazgo del país de Andalucía, en esta ocasión en el campo de la economía, liderada por esta región en los cuatro siglos anteriores a la fecha inicial de esa decadencia.

Hacia 1860, todas las provincias andaluzas formaban parte del grupo de cabeza de la producción per cápita en España, pero en 1940 ya habían quedado relegadas a las últimas posiciones, situación que se vio mantenida en las siguientes. En los últimos 90 años, la producción media per-cápita de la comunidad ha oscilado entre un 69% de la de España en 1955 y 1980 y un 78% en 2005. Según los avances trimestrales, en 2020 Andalucía podría incluso ocupar la última posición, desplazando a Extremadura, como consecuencia de la mayor incidencia de la crisis sanitaria en la economía regional, situación desconocida hasta ahora.

A lo largo de los últimos diez años, la competitividad de las economías andaluza y española se ha ido deteriorando con respecto a la media europea, aunque el diferencial de Andalucía se ha ido ampliando de forma sostenida. Aunque la calidad de vida, la educación básica y la atención sanitaria presentan niveles aceptables gracias a las transferencias del resto del Estado, todo apunta a que esta fuente de recursos no va a poder seguir suministrándolos en el futuro, por lo que habrá que pensar en un esfuerzo propio para afrontar la situación.

Para ello, es imprescindible el robustecimiento del sector industrial en la economía andaluza, que ahora no pasa de aportar el 9% de la misma, mientras que en España lo hace casi en el doble y en la Unión Europea aún más. Ese fortalecimiento industrial no puede venir sino de la mano de la instalación de empresas industriales y, en ello, Andalucía, al menos con valores agregados, no deja de ser un territorio atractivo ya que la menor productividad de su economía que la de España (un 12%) es compensada por el menor coste salarial (el 15%). Por tanto, si la reducción del coste laboral es una vía no deseable y de dudosa eficacia, la del incremento de la productividad se presenta como la única con posibilidades para aumentar la base productiva, la riqueza y el empleo y hacia ella hay que reenfocar la economía regional.

Con ese objetivo, el análisis sobre los factores determinantes de la productividad industrial le lleva a determinar que, para la economía andaluza, estos son: la intensidad innovadora, el peso de la gran empresa y el capital productivo, factores que deben estar presente en el desarrollo de la política económica, por delante de otros más encaminados a objetivos de índole social o político.

El planteamiento del autor de la investigación es analizar cuáles son las comunidades autónomas de mayor crecimiento en el periodo 2013-2017 en términos de valor añadido bruto y empleo en cada una de las divisiones industriales según la clasificación nacional de actividad económica (CNAE). Para determinarlas aplica el método de análisis shift-share (ASS). Éste supone la descomposición del crecimiento de una magnitud en tres componentes: el nacional, el regional y el competitivo.

De esa manera, aplica el ASS a las regiones españolas, utiliza el peso del componente competitivo para encontrar las condiciones diferenciales de cada región, diferencias que pueden ser naturales o debidas a la formulación de políticas de desarrollo regional, obteniendo un conjunto de regiones referentes para cada división industrial de la CNAE, según ha sido su avance en el VAB y en empleo. Estas regiones deben servir a los responsables públicos como fuente de inspiración a la hora de definir las políticas económicas sectoriales. En la tabla adjunta se puede apreciar que Andalucía, a pesar de su situación, aparece como región referente en varias divisiones (caucho y plásticos, fabricación de muebles, y en la de productos informáticos y electrónicos). Aunque en general, las políticas económicas regionales aplican las medidas clásicas, destacan algunas originales, como es el caso del Textil en Valencia, con propuestas como la atracción del talento juvenil, la internacionalización y la personalización de productos, entre otras; o el caso de la agroalimentaria de Murcia, en el que se incluyen medidas originales como la multilocalización productiva.

 

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Documento: El retorno del péndulo